domingo, 9 de octubre de 2016

¿DEBE UNA NIÑA DE 12 AÑOS RENUNCIAR A SU SUEÑO?

 La situación en la que un niño o una niña tiene que renunciar a su sueño, es un hecho muy triste, pero que el motivo de dicha situación tenga que ser, el sexismo que hoy por hoy sigue presente en el deporte, es más triste aún. Viviendo en una sociedad en la cual, las mujeres han demostrado ser tan capaces de cualquier cosa como los hombres, encontrándonos en una sociedad igualitaria en cuestión de derechos, es totalmente tercermundista que aún se den este tipo de circunstancias. Es muy duro que aún tengamos que vivir situaciones como la que conocí hace unos días.

 En la localidad de Benalmadena (Málaga) vive una chica de doce años, que lleva jugando al futbol desde que tenía siete. El sueño de esta joven, siempre ha sido llegar a ser una gran futbolista y hasta ahora ha conseguido demostrar que tiene todas las cualidades para llegar a serlo. Hasta ahora ha jugado al fútbol en el equipo de su localidad, pero en este momento se encuentra con la dificultad de que ya no puede avanzar porque los compañeros con los que jugaba al fútbol siempre dan el salto a equipos superiores completamente masculinos, mientras la sociedad en la que vivimos le recuerda, que ella no puede entrar en esos equipos por ser una chica y tiene que dejar de jugar al fútbol o quedarse en la misma situación de los cinco años anteriores.




 Esto me hace caer en la pregunta, ¿Quién somos para acabar con el futuro profesional en el fútbol de una chica? ¿Quién somos para decidir por ella? ¿Quién somos para decidir que el fútbol es solo para los chicos? pero sobre todo, ¿Quién somos para acabar con los sueños de una persona?

 Además del problema en el que no hay equipos para evolucionar en los que se puedan incluir a las chicas, dentro del mismo equipo, se produce una discriminación por parte de los compañeros al no querer pasarle la pelota y preferir perderla. De este hecho, podemos echarle la culpa principalmente a los entrenadores, por su falta de profesionalidad al permitir que esto ocurra principalmente y en segundo lugar, por su falta de humanidad, al dejar que se den, este tipo de hechos en su equipo, no castigándolos. 

 Al mismo tiempo, debemos culpar a los padres, pues no deben sentirse nada orgullosos de haber proporcionado a sus hijos una educación con un bajo contenido de valores basados en el respeto a los demás y centrados en la igualdad de derechos. Después nos quejaremos de vivir en una sociedad machista, pero si nos olvidamos de educar a nuestros hijos en una sociedad igualitaria nunca vamos a cambiar el mundo.

 La hermana de esta joven ha iniciado una petición en este link en el que pide firmas para poder conseguir, no solo que su hermana consiga seguir jugando al fútbol, sino comenzar a cambiar el mundo. Solo es un momento, por favor entra y firma, para ayudar a una niña a cumplir sus sueños, además de aportar un granito de arena a la lucha por cambiar el mundo. 

 Si has vivido alguna experiencia parecida o conoces alguna manera para ayudar a la protagonista de esta historia a cumplir su sueño, por favor compártela conmigo en pedagogiadehoy@gmail.com. Piensa que estamos hablando de un caso, pero que hay miles de niños y niñas que por algún tipo de discriminación y con un talento especial para algo, se quedan a las puertas de sus sueños, perdiendo sus ilusiones, solamente porque no cambiamos el mundo y permitimos que las injusticias pasen. 

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